RODOLFO LUIS VERÓN,SE RETIRÓ A ESCRIBIR DESDE OTRO LUGAR *
September 24th, 2008 by
mariana
Nació en el Chaco, vivía en Temperley, pero su alma estaba siempre recordando los quebrachales, los ríos las flores, los pájaros, de su niñez. Era un hombre bueno y trabajador dispuesto siempre a ayudar sin pedir nada. Era POETA, con todas las letras mayúsculas. Nació POETA. Los poetas no se hacen, nacen siendo POETAS. Para ser un buen poeta, hay, además, que estudiar a fondo las técnicas poéticas, leer a los grandes poetas y corregir sus obras, aceptando las sugerencias de los amigos. Todo eso cumplía RODOLFO LUIS VERÓN. Un derrame cerebral lo tumbó. Los médicos hicieron todo lo posible pero la muerte se lo llevó. Todos los que lo conocimos lloramos su muerte y, pidiendo una figura prestada al gran poeta argentino Carlos Guido y Spano, en las ramas de un yatay en los montes chaqueños, algún urutaú estará llorando al poeta que cantó a esos montes.
Aprendía pronto y cada vez escribía mejor. En el XIV CERTAMEN LITERARIO INTERNACIONAL “ALAS DEL ALMA” recibió, a principios de este año, el PRIMER PREMIO EN POESIA (No Sonetos) por el poema que transcribimos:
* ¡ NO SOY CIPAYO !
Yo soy chaqueño, nací en el Norte,
corre en mis venas la sangre toba,
mi cuna india fue de totora,
soy como el cardo, crecí en el monte.
Yo tuve hermanos: los Abipones,
los Pilagaces y Chiriguanos,
los Mocovies y los Matacos,
sufridas razas de mis mayores.
Mi padre - obraje, machete y hacha -
vivió la herencia de mis abuelos
en duros montes dejó sus sueños,
entre cardales, trapos e hilachas.
De mozo tuvo sus esperanzas;
de pulso firme, músculos tensos,
quiso ser vuelo… ¡quedó en intento!
de baja altura sus cortas alas.
Mi madre india fue como el surco
del viejo arado, - buey y mancera -.
Fui la semilla fértil primera,
del santo vientre, su dulce fruto.
Cantos de cuna fueron arrullos
de una montera y dulce paloma,
y sus cariciias fue suave aroma
de una silvestre flor en capullo.
Soy dura a veces como el quebracho,
y flojo otras, si bebo aloja,
el sudor acre mi pecho moja
con el retumbo que da el hachazo.
el sol ardiente del bravo Chaco
quema a su antojo m frente ruda,
curtiendo el cuero y mis achuras,
el viento Norte, sopla sin asco.
Nací en el Norte ¡yo soy chaqueño!
de obraje y noche se hizo mi estrella,
en canto sufro si tengo penas,
si estoy alegre, río por dentro.
Del cerril monte, sé sus secretos
de andar las huellas mi paso arisco,
y llevo el temple del alarido,
salvaje grito de los hacheros.
Traigo del río su cauce bravo
y suaves trinos de los jilgueros.
en las desgracias soy duro cuero
y soy ternura cuando yo amo.
Porque soy indio, pero indio manso
¡La pluma empuño, dejé la lanza,
mis trazos buscan, sin ser venganza,
se haga justicia con mis hermanos!
Orgullo tengo de mi india raza:
¡Quiero a mi Patria! ¡No soy cipayo!
RECORDANDO A MI AMIGO POETA
CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS
HOMENAJE A RODOLFO VERON
Hoy, a poco más de un año de su partida (solo física) quiero rendir este sencillo homenaje al hombre que además de la belleza de su poesía me dejó el legado de su amistad.
Sencillo y profundo, cultor de la memoria y de la esperanza, de vasta formación autodidacta, Rodolfo Raúl Verón nos ha dejado una poesía tenaz, tierna e indócil, cuya cadencia marca con singular acento el espacio de su palabra.
Fiel a su espíritu su obra conlleva los rasgos esenciales de su carácter: temple cálido y resuelto, tributario constante de sus orígenes tobas y dador inagotable de afecto y bonhomía.
De su vasta producción poética elijo este trabajo porque creo que es una síntesis de su persona, un infatigable peregrino y artesano de la vida con su mochila de recuerdos y acuarelas chaqueñas siempre a cuestas, que ya casi sobre el final del camino sólo puede expresar agradecimiento.
TIEMPO Y RECUERDO
Que encanto habrás tenido que siempre te recuerdo
hoy que miro a mis hijos que han formado su hogar,
retrocedo en el tiempo y en mi nostalgia enhebro
al niño callejero y al mozo en su soñar.
Será que añoro entonces tu sencillez de pueblo
el paso del vecino y el saludo cortés,
domingos con campanas, la iglesia con sus rezos,
ancianas con mantillas y de pálida tez.
El raro sortilegio de tus calles de tierra
vagar, andar las tardes en la siesta estival,
caminar hasta el río, mojarme en sus riveras
o simplemente charlas debajo del vinal.
Las niñas quinceañeras que aún se ruborizan
y con recato exhiben sus brotes de mujer,
del brazo de sus madres que guardianas acechan
al galancito joven de tímido querer.
Barranqueras te llevo prendido a mis entrañas
y el quimérico sueño de mi primer amor,
callado y taciturno viví horas amargas
y fueron mis poesías fruto de aquél dolor.
Decir que me arrepiento del día que he partido
si hoy tengo una familia ¡ Jamás yo lo diré!,
si hasta acaricio un nieto, mi ciclo está cumplido
pero quiero que sepas…que nunca te olvidé.
Homenaje de Graciela Vodicka